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Rara en La Plata

Impulso y convicción: la emergencia de Rara

Sofisma y Una punta son los adelantos del primer disco que presentan en abril. Mientras producen el siguiente álbum nos adentramos en los inicios de la banda y la consolidación de un proyecto que se gestó por el deseo de lo inexplorado. 

Por Lorenzo Amante

Llueve en City Bell. Clara Bares nos recibe en el living de su casa previo al ensayo de Rara. Es amplio, silencioso, más vidrios que cemento. Santiago Monroy sale de un cuarto. Se restriega los ojos y bosteza. Echa una mirada hacia el parque y toma asiento en el sillón al lado de María Auge. El lugar está pausado. Invariable. No se oye nada. La sensación es que algo ocurrió. Algo quedó en el pasado, algo se filtró, algo decantó. 

Santiago se pierde en el follaje que revolotea por el viento. Su voz tiene trayectoria. Es firme y convincente:

—Este lugar es a donde vengo a relajarme. A escaparme del ruido de la ciudad.

Desde la derecha se oye borbotear una cafetera. Clara gira la cabeza hacia un costado y su pelo rojizo ondulado deja un aroma suspendido.

—¡El café!—grita mientras salta del sillón con los ojos alertas.

Desde la cocina llega una pregunta:

—¿Al café; lo quieren con leche, con azúcar, solo… ?

En una bandeja trae la cafetera, cuatro tazas, azúcar y cucharas.

—Bueno, ¿en qué estábamos? Ah, sí, ¡en la historia! ¡La historia! … ¿Sigo contando? ¿No es medio embole?

—¡No! ¡Seguí! Es interesantísimo.

—Ah… Es que yo no sé…Estoy en un mundo nuevo. Todo esto es nuevo para nosotres—  dice Clara y cruzan miradas entre María y Santiago en búsqueda de complicidad.

***

En el 2017, Clara Bares subía covers a Instagram. Gregorio Nicolai se la cruzó en una fiesta y, sin conocerla, le dijo que tienen que tocar juntes, que era excelente lo que hacía. Se agregaron al whatsapp y nunca más se contactaron. En enero del año siguiente, Clara veraneó en la costa con unes amigues. Gregorio también. Se volvieron a encontrar y surgió la posibilidad de tocar en formato dúo. Lo hicieron durante gran parte del año, por City Bell, en fechas muy íntimas en bares de forma acústica: Gregorio con la guitarra, Clara con la voz y a veces una pandereta. A fin de año comenzaron a hacer temas propios y por contactos de Gregorio, dieron con Santiago Monroy para que les ayude a grabar un EP de cinco canciones. 

En febrero del 2019 Clara comenzó el curso de ingreso de arquitectura. Las comisiones eran bien numerosas, las aulas repletas de gente. Tomaron lista y escuchó el apellido Monroy: la voz llegó del fondo. Miró bien: era Santiago. Coincidencias de la vida. Santiago no la conocía, ella sí; de cara no más. Finalizada la cursada, con timidez se le acercó y le dijo que esa semana iban a grabar con él. Clara y Gregorio llevaron las canciones hasta su casa: las escuchó, les gustó y les preguntó si podía tocar la batería y así apareció el tercer integrante. Finalmente, en abril se sumó al proyecto María Auge en el bajo y se conformó la banda. 

Clara está en lo cierto: es todo nuevo para elles. Santiago Monroy (25), con su alias solista Santiagosantiago, era el único en la banda con un antepasado estable en la música con sus bandas y proyectos. Después tanto Gregorio Nicolai (21), como Clara Bares (20) y María Auge (20) nunca tuvieron experiencias relacionadas a un ensayo, a tocar en vivo, producir o componer. Para María, Santiago es como el profesor de música que toca con vos en la muestra de fin de año: es la palabra de tranquilidad y seguridad. 

Clara: nosotras no teníamos nada de experiencia y estuvimos tres meses tocando y ya fecha en vivo, en Liberto. Que fue tranqui. Pero después en 2019 ensayamos cinco meses y salió Pura Vida. Se inicia la banda, tocamos cinco meses y ¡Pura Vida! ¡Fue muy abrupto! Un mundo que no conocía. Unos nervios… miedo, nervios, la gente… ¡La gente…!

María: Claro, encima no es que fueron cinco meses desde que arrancó la banda, fueron cinco meses desde que arrancamos a tocar en nuestra vida. Yo nunca había tocado el bajo y estaba tocando en Pura Vida. ¿A quién le voy a decir que me subo a tocar acá?

Clara: Cuando fuimos a grabar con Santi y empezamos a tocar con Meri, no teníamos un futuro tan cierto. No sabíamos a dónde íbamos. Simplemente era algo que me gustaba hacerlo y no sé si tenía un objetivo. 

Horas y horas en estudios ensayando como grupo. Buscando un sonido. Pero aún faltaba un nombre como instancia constitutiva: de identidad y referencia. Una noche Santiagosantiago presenció un show de Ramiro Sagasti que interpretó la canción Rara de Marianela Pelzmajer. Rara, pensó. Qué buen nombre. Se parece a Roto, banda que integra junto al Flaco. Roto. Rara. El nombre tiene que ser Rara. Al día siguiente se juntaron y quedó el nombre. Les encantó de inmediato.

Su primera presentación en vivo como Rara fue en Liberto, con Clara todavía frente a los teclados.

—En Rara las teclas son fundamentales, pero necesitábamos encontrar a alguien porque no quería estar sentada o parada con una cosa enorme delante, era una traba, una cosa que me tapaba la mitad del cuerpo, no estaba cómoda—recuerda Clara.  

La última pieza mueve el escenario: el quinto y último integrante fue Gastón Posik (27) en el teclado, entregando a Clara la total libertad de la interpretación de sus letras.

Complementan y potencian todos los recursos: Santiago y María le dicen a Clara que siempre tuvo la vocación de la teatralidad, de gesticular, de colocar la voz y expresar con la cara. Clara hizo teatro hace poco: en vivo los instrumentos se conjugan para que el acople de la voz sea directa, despechada, desafiante y protagonista de las palabras, de los ecos y los movimientos. 

La génesis está en el grupo: no se fijan límites. Están en movimiento hacia un deseo propio muy grande que van a alcanzar. Ese anhelo nace por sus particularidades: piensan que si hubieran estudiado algún instrumento antes de conformar la banda, no habrían tenido el envión y la exigencia que experimentaron como grupo de aprender a la par, en marcha, de tener un propósito constante.

Por la calle sus prendas son lisas, remiten a época. Se visten como para ir a tomar una cerveza a un pub inglés donde no entra mucha luz, del cual te vas con olor a pucho y una foto del grupo. Usan botas que van hasta los tobillos y calan boinas. Remeras dentro de jeans ajustados. Seriedad y simpleza. Pero son divertides, se abrazan y las sonrisas son una constante. Rara son personas muy alegres y muy agradecidas con lo que logran. 

Clara compone las letras de las canciones y las melodías. Luego cada integrante agrega su parte de forma armónica. De repente, el tono de voz de Clara se apacigua y habla bien espacioso: -yo no podría lograr ese sonido sola- se produce un silencio prolongado y mira de reojo a María y Santiago-  es entre todes que hacemos esto.

En abril próximo lanzarán su primer álbum: no quieren que se dilate más esa fecha porque las seis canciones fueron compuestas a fines de 2019 y su publicación era para abril del año pasado, pero la pandemia postergó los proyectos. Trabajaron mucho el sonido para que no quede desactualizado con la proyección sonora actual de la banda.

Clara: Creo que todes estamos en esa, ya sabemos cómo tocar. Yo creo que hoy podemos identificar cómo queremos sonar. Pero cuando grabamos este disco yo estaba buscando todavía ese sonido, no sé si lo tenía. Justo lo hablábamos el otro día con Meri -y la mira-, vos en cuanto a la tocada, hoy estás descubriendo cosas y ya te das cuenta qué te gusta y qué no.

María: Sí, me pasó con esa grabación que aportaba lo que me parecía a mí para la canción, pero todo medio precario. Y ahora ya sé qué estilo, obviamente lo sigo buscando, pero tengo cosas más definidas. Ya sé cómo me gusta tocar y eso yo antes no lo sabía. 

Santiago: Siento que es algo muy grande decir del artista o del arte, pero siempre se está en movimiento y absorbiendo el desarrollo. Muchas veces pasa que sacas un disco y ya te está quedando viejo. La cabeza está más adelante, entonces hay un desfasaje a la hora de plasmar las ideas. Por eso también tenemos tanta urgencia con este disco, que lo sentimos como ya. 

La producción de ese disco fue de experimentación: durante el verano se juntaron a grabar los instrumentos en el quincho de María. Doblaron una tabla de ping pong a la mitad y le pusieron sábanas y frazadas para acustizarla. Comenzaron a arrojarle los sonidos de los instrumentos y observaron que cumplía a la perfección su función. 

Santiago se mueve en el sillón, recupera la postura y pide la palabra:

—A mi algo que siempre me resultó interesante es que había un deseo muy grande de elles. Había una cosa ahí que decía: ´Yo quiero ir ahí. Voy a llegar ahí´. No estaba explícito, pero estaba. Había una sensación de quiero progresar, por eso siento que la banda creció tanto en tan poco tiempo, porque hay un deseo casi como natural de les chiques de decir: somos una esponja, nos nutrimos muy rápido. Laburamos mucho para esto y se entendió que no veníamos a jugar. 

Están relajados, confiados. Hace poco cerraron el festival Parador Playa junto a Santiago Motorizado. Ahora producen el nuevo disco. Suena un timbre. María avisa que Gregorio está afuera. Baja Clara a abrirle. Gregorio se asoma por la puerta con dos guitarras y un amplificador. Llega el momento de continuar ensayando: el 28 de marzo tienen una nueva fecha en Pura Vida.