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Laika Perra Rusa: La Internacional del Baile

Fotografías: Martina Ledesma

Después de explorar las profundidades del techno punk con su reciente Marcha I, Laika Perra Rusa acaba de completar su trilogía discográfica con el lanzamiento de Marcha II. Y el mensaje es claro: la liberación corporal y la acción colectiva como respuesta a las adversidades, en este tiempo de rebelión social y neoliberalismo. La presentación en vivo será este viernes 6 en Guajira junto a Diosque.

 

En “Esqueleto”, el primer single que sirvió como adelanto del disco, la propuesta está claramente enfocada al baile. Después de dejar atrás las canciones de amor, los Laika parecen invitarnos a hacer la revolución moviendo el cuerpo: Salir a la calle a luchar y a bailar. Había insinuado algo de eso ya en Marcha I, en temas como “50.000.000.000”, con una lírica explícita y una propuesta sonora que apuntaba a transformar el baile en pogo. “La revolución de la alegría/ cuesta cinco cero cero cero cero cero cero cero/ cero cero cero/ bocha de guita”“Si fuese un momento de bonanza podríamos relajarnos y hablar sobre el amor o la montaña. Pero de repente estamos en un contexto muy movilizante. Está todo hirviendo y todo el mundo está posteando memes de Macri”, dice Guido Dalponte, a cargo de voz y sintetizadores.

Toda la obra que compone la trilogía de Laika Perra Rusa está cruzada por la palabra “marcha” y su multiplicidad de sentidos. Para Juan Badini, guitarra y voz de la banda, es nada menos que una invitación a cuestionar las formas: “Siento que Marcha II está hablando todo el tiempo de una duda. Todo el tiempo es momento de salir a la acción. Marcha es, entonces, una propuesta”, remarca. “Teleradio”, uno de los puntos altos del nuevo disco, es un instructivo para bailar escrito por Lucía Uncal. La canción es una invitación a la liberación corporal: “Baile para usted misme/Ni para mí, ni para otres”. Hay, según Guido, algo muy genuino en esa línea poética. “¿Cómo vivís con tu cuerpo cuando te preguntás por el cuerpo?”, plantea. Esa fusión también aparece en “Situación”, el tema que cierra el álbum. Julia Sbriller, artista plástica que también abordó el arte del disco, es autora del texto que revela las intenciones de la obra: “Saber todo lo que puede mi cuerpo/ y los cuerpos que tengo alrededor (…) ;me hace sentir que todo es posible… Me siento revolucionario”. 

En un contexto en el que el concepto de pop se cristalizó en grandes producciones millonarias que hablan de amor romántico, la banda toma la decisión de abordar la cuestión de género con un enfoque político. Pop, sí. Pero pop como discurso contra-hegemónico. “Por primera vez en este disco nos planteamos de forma explícita el hecho de que la banda sea un espacio de militancia», cuenta Gastón Figueroa, bajista. «La idea era ser más concientes de eso y afirmarlo». El arte de tapa -a cargo de Julia Sbriller- refleja estos cuestionamientos. Una flecha (entendida en como herramienta de caza del hombre y sinónimo de poder) empuñada por una mujer negra. Un objeto de rebeldía que atraviesa su boca. Según Guido, un elemento de liberación que se tira y tiene su recorrido. “Queríamos que sea algo que se vaya completando a medida que se vaya entregando”, explica. 

Estudiante de Comunicación en la UNLP. Escribe para diferentes medios. Patagónica y con un arcoíris en el pelo.