Juan Irio y su fábula: lo popular es político
El artista retoma su obra solista desde un nuevo lugar, más cerca del baile que de Harry Nilsson, pero con la misma intención de producir universos para manifestar uno propio.
Unos golpes a lo lejos, el sonido de un viaje en el tiempo y el espacio. Bogotá. Aires tropicales y un ventilador de techo girando despacio en la habitación de un hotel. De fondo, entre el bullicio, un sample salido de un documental clase B argentino despliega la fantasía de ‘Pólvora y Sangre’ el último corte del próximo disco de Juan Irio: “La historia de un hombre que protegió a los pobres y luchó contra la injusticia”.
En algún lugar perdido de la computadora de Juan Baro Latrubesse apareció este audio que oficia a las veces de preámbulo en ‘Pólvora y Sangre’ y de espíritu en Fábula, el nuevo y cuarto disco solista que el cantante y compositor de Thes Siniestros y El Estrellero lanzará el próximo viernes 13 de noviembre.
Un disco de ocho canciones con letras densas y melodías efervescentes, donde el derrotero político y cultural de una época de opresión y sufrimiento se convierten en un evento enérgico y bailable en la que Irio demuestra una faceta nueva, que lejos de sentarle incómoda, lo eleva como uno de los compositores más entrañables y fundamentales de esta época.
En un año signado por el caos y en la sensación de un futuro cada vez más nebuloso, Juan Irio retomó junto a Marto Remiro y Flavio Marianetti el camino pausado de Thes Siniestros con un nuevo disco, Está Naciendo el Nuevo Día, lanzado en julio de este año y su propia obra solista, con un sucesor de Baladí donde sin abandonar su tendencia al pop barroco despunta ecos de El Ideal de lo Común (2015) y Baladí (2019) con una búsqueda más contemporánea.
-Todos tus proyectos tienen un fondo conceptual profundo. ¿Qué es Fábula?
Fábula es la música para una revolución de bolsillo, o como a mí me gusta llamarlo el choque entre una máquina del tiempo rota y un tanque de guerra. Todo me surgió hace unos tres años, cuando empecé a pensar en hacer un disco que retomara el concepto fundacional del tropicalismo brasileño en eso de que lo popular es político, valiéndome de herramientas muy similares pero lógicamente adaptadas a mi propia identidad musical y a la realidad musical actual. ¿Era posible cantar otro tipo de letras más críticas y al mismo tiempo hacer convivir mi habitual tendencia al pop barroco con sonoridades festivas y abiertamente actuales? La crítica a una vez más triste realidad latinoamericana no sólo en el contenido sino también en la forma, apropiarme de lo popular en boga y hacerlo sonar con mi predilección hacia un género ya no tan en boga para encontrar una solución estética para este momento histórico. Fue un hermoso ejercicio, casi todo naciendo desde mi ukelele y llegando a lugares que no imaginé ir. Por eso creo que también es mi disco más ambicioso y el que necesitaba de un productor que no fuese yo.
-Trabajaste este disco con Baro en la producción. ¿Cómo fue ese proceso?¿Qué le aportó a tu forma de trabajo?
Yo admiro y quiero a Baro desde el momento en el que lo conocí. Todos estos temas los armamos con él y con mi banda solista (en la que también estaban Agustín Buaón, Vicente Jalil y Juani Genovese) con la idea de que él produjera el disco. Sabía que podía interpretar qué era lo que yo quería para Fábula y que al mismo tiempo podía superar mis ideas con cosas mejores. Por eso fue toda una aventura presentarle las maquetas base de todas las canciones y ver cómo pasadas por su filtro Fábula se iba armando tal cual yo lo imaginaba pero a la vez completamente distinto. A mí me gusta darle total libertad creativa a lxs musicxs que tocan mis canciones, más allá de los caprichos o de las ideas innegociables que lógicamente tengo en cada canción. Lo único que le pedí es que en todo el disco hubiera una danza constante entre el pop barroco más vintage y el pop bailable más actual, que esa convivencia fuera expuesta sin tapujos.
-En un texto que publicaste en tus redes sobre Pólvora y Sangre, el último corte de tu disco, citas que Godard se negó a darle a su contexto lo que se le exigía como cineasta. ¿Cuál crees que es esta exigencia que se le hace a los artistas?¿Qué crees que tu tiempo te exige como músico?
Yo creo que no hay manifestación humana más fuerte que el arte, nada habla más de un tiempo que un artista con su obra. No hay libros sobre historia ni políticas o economías que definan un momento histórico mejor que un artista cuando habla con su obra. ¿Y de qué habla la música popular hoy? ¿Cuál es su mensaje? Yo sí creo que la música tiene mensaje aún cuando no parece estar diciendo nada. En lo personal, con Fábula tuve una necesidad de decir y hacerlo apropiándome de un sonido que no me pertenece era también una forma de decirlo. No sé si tengo una exigencia que nazca de la coyuntura pero sí una necesidad, y más para conmigo de poder armar una obra que vaya diciendo, que cobre vida y que no se repita, que se traicione para encontrarse interesante y que sirva para que los que son contemporáneos a esos discos encuentren algo que los interpele y los movilice.
-Fábula cuenta con una extensa lista de invitados. ¿Qué encontrás en la colaboración con otros artistas?
En este disco era también una necesidad, hay un mensaje colectivo y necesité de otras voces para construirlo. En cada unx de lxs artistas que participan en Fábula encontré más de lo que buscaba así que para empezar puedo decir que fue hermoso colaborar con ellxs. Antonia Navarro, Renata Di Croce, Elena Radiciotti (Islas Mujeres), Caro Conzonno, SantiagoSantiago, Lautaro Barceló, todxs muy talentosxs y generosxs conmigo. Estar rodeado de otras voces también es una forma de encontrarse distinto, de ver cómo cambia el sonido de mi voz, la canción va a otro lugar, te sorprende como oyente antes que como ejecutante.
– La idea del tiempo y de la revolución atraviesan este disco de alguna forma. ¿Cómo ves este presente en la cultura?
Burbujeante, como una sopa de pesimismo esperanzador. Es el no future de 1977 pero suena más bien a no present. Para colmo el 2020 no ha ayudado mucho. Se nos han sucedido una serie de eventos desafortunados que no hacen más que reflejar todo lo que la humanidad viene pifiándola desde el comienzo, sólo que ahora no nos queda mucho margen de error. Por suerte hay una especie de relectura de aquello que en los sesentas quedó inconcluso y que hoy más por ultimátum que por otra cosa empezó a pisar fuerte. Ojalá nos alcance. Creo no obstante que ninguno de nosotrxs va a ver terminada esta obra pero al menos muchxs van a aparecer en los libros como pioneros de un cambio.
-¿Qué elementos influyeron en la composición de estas canciones?
Aparte del tropicalismo, la estética de la Nouvelle Vague estuvo presente en el armado de las letras porque imaginé las canciones como escenas de películas. Pequeñas escenas en las que no pasa mucho pero que sugieren que está pasando un montón de cosas. También creo que me inspiraron algunos discos como What’s Going On de Marvin Gaye, porque siempre me fascinó cómo el pop podía servir como caballo de Troya para un contenido explícitamente político. Son referencias que crucé con Baro durante todo el armado de Fábula.
La revolución tal vez no sea televisada, pero al menos se podrá bailar. Fábula estará disponible a partir del viernes 13 de noviembre en todas las plataformas.