Fiesta en las ruinas
Foto: Tato Casali
Fus Delei lanza el último adelanto de su segundo disco.
La agrupación platense sigue expandiendo las fronteras del pop con Atlántida Hundida, el cuarto extracto de lo que será Dímelo, el sucesor de Ideas Para Un Mundo Imaginario (2017). En este single potencian la originalidad, el dramatismo y la frescura intensa de los tracks —«Adopté», «Cabeza» y «Chupasangre»— que compartieron durante los dos últimos años y que también formarán parte del disco.
En Atlanta Hundida los sintetizadores despliegan efectos acuáticos junto a juegos armónicos que desprenden cierta luminosidad y energía. Es hacia el final donde se amaga a un ambiente más desenfrenado, más oscuro pero no por eso menos esperanzador. La guitarra de Desaria Klimavicius, tan implacable como contenida, se desliza por las melodías sintetizadas de Agustín Buaon y la bases electrónicas de Gregorio Jáuregui que sostienen un relato de despojo y transición.
«Atlántida Hundida es la música que resuena bajo el agua, en los restos de la civilización perdida. Su lírica surge de la necesidad de transformación, de no quedarse en un mismo lugar, y de apreciar la vida aquí y ahora», cuentan los músicos.
La letra está basada en la pregunta “¿qué es lo que no quiero?”, inspirada a su vez por una frase de Federico Moura, líder de Virus, quien en una entrevista expresó: “Sé lo que no quiero, pero no estoy muy seguro de lo que quiero. Y me alegra que sea así, lo incierto me mantiene vivo en esta instancia, un poco encargado de traducir visiones al presente”. En ese sentido, la lírica emancipadora de Atlántida Hundida es un listado de cosas de las cuales la banda no quiere formar parte, y por otro —la estrofa del medio, diferente del resto— una respuesta a qué quieren hacer: estar en constante cambio, correr, bajar, y sentir en el momento presente todo lo que esté viviendo, para aprovecharlo y no dejarlo pasar.
Atlanta Hundida salió acompañada por un video dirigido por Desaria, en el que se puede ver a lxs integrantes del grupo interpretando la canción con paisajes de ruinas, desiertos y pirámides de fondo. Es así como su pulso enérgico y bailable convierten los restos de reinos utópicos en su pista de baile.