Siddhartha presenta Mapa: una canción como un viaje lejos de casa
Fotografía cedida por Sony Music México
A un año del ambicioso disco Memoria Futuro, el rumbo musical y visual del ex baterista de Zoé sigue expandiéndose con el lanzamiento de Mapa, un nuevo single que cuenta con la participación de Ana Torroja.
Desde las antípodas latinoamericanas de México, más precisamente desde la ciudad de Guadalajara, nos llega la nueva música de Jorge González Ibarra, artísticamente conocido como Siddhartha. A través de los años el compositor supo convertirse en un exponente del indie rock del país. Con una trayectoria premiada —entre otras consagraciones ganó el Indie-o Music Awards del 2008 y tuvo varias nominaciones a los Grammy Latinos—, el artista se encuentra presentando Mapa, un adelanto de su sexto disco de estudio.
Compuesto a mediados del año pasado y con la colaboración de la prestigiosa cantante española Ana Torroja (ex vocalista de Mecano), Mapa nos muestra el fin y el inicio de una etapa, el momento crucial en el que es necesario desprenderse del pasado, dejar la casa en sentido metafórico, para empezar de cero. Una de las particularidades de Siddhartha es la extensa videografía que complementa su música —su último trabajo discográfico conceptual, Memoria Futuro (2020), está conformada por una historia que fue presentada a través de los videoclips de sus canciones, en diez capítulos distintos—. Dirigido por Jorge “Chivo” Camarena, el video de Mapa se configura como otra clara muestra de la vasta imaginería visual del músico, un episodio más de un relato íntimo y poético que no deja de crecer.
La historia del video se desarrolla en una atmósfera onírica y rural. Siddhartha y Ana parecen las dos facetas de una misma personalidad que está en plena transformación. De a poco, con una cámara fija que gira y los sigue, los artistas vacían con cierta nostalgia una vieja casa de ladrillos. Llevan lo que sacan hasta una pila de muebles y objetos instalada en un claro. En un punto del recorrido ambos parecen estar despojándose del otro. A su vez el paisaje es transitado por varias personas que llevan sus respectivas cargas y que se desplazan constantemente a contracorriente de los personajes. Es una emigración colectiva de sujetos que provienen de otros lugares, de otros tiempos. Todo concluye en un incendio liberador, en el fulgor de una vida que se deja atrás y termina desvaneciéndose.
Es un día soleado en Guadalajara, un poco caluroso. Siddharta lleva una camisa de mangas cortas con franjas blancas y lilas. Su mirada, entre cansada y satisfecha, es la de alguien que se encuentra inmerso en un momento prolífico de su carrera: en marzo presentó el video del single Brújula y está planeando sacar otros tres adelantos del próximo disco antes de publicarlo a fin de año. Con entusiasmo y convicción, habla con ADM sobre el origen del nuevo material, el rodaje del video de Mapa, su paso por Argentina y la influencia que la música de nuestro país tuvo en él.
Hiciste 29 videoclips. Podría decirse que la impronta visual está implícita en tus canciones, como que en cierta forma ambos lenguajes se retroalimentan. ¿A la hora de componer ya estás pensando en el video?
A veces. Cuando voy soltando frases a la hora de componer se me vienen algunas imágenes. Uno de los casos más nítidos fue con una canción que se llama El Chico. Cuando la compuse ya tenía en mi mente el video porque es parte de un recuerdo mío, tenía como una fotografía de ese recuerdo. Hay otras situaciones en las que, si bien no se me viene el video como tal, sí aparecen imágenes o cosas que eventualmente me servirán de referencia para un video. Cierto feeling visual que suele suceder. En otras no pasa eso, definitivamente no hay ningún anzuelo en ese sentido.
Mencionaste en una nota que tu nuevo disco de estudio no estaba planeado. La cuarentena tuvo algo que ver con eso, ¿no?
Después de Memoria Futuro me había planteado no hacer un álbum muy pronto, por toda la carga de trabajo que conllevaba. Había decidido hacer canciones sueltas, que se me fueran dando, sin prisa. Sentí que llevaba mucho tiempo haciendo un disco tras otro, porque así mismo me lo proponía, pero esta vez me dije que podía ser saludable para mí parar un poco ese ritmo. Obviamente la pandemia me abrió esa ventana de espacio y oportunidad. Terminé haciendo once canciones, once canciones “sueltas” que van a formar un álbum. Pero creo que nació con otro fin, con el fin de hacer música por tener el tiempo para hacerla, por no tener un reloj encima presionando los ciclos del disco, no tuvo esa naturaleza. Se hizo en casa, a un ritmo propio, y creo que eso le dio mucho sabor de boca y nos hizo disfrutar muchísimo del proceso.
Es la tercera colaboración junto con el director Jorge “Chivo” Camarena. ¿Cómo suelen ser los procesos creativos?
Estos últimos años he trabajado con él y su hermano en la gran mayoría de mis videos. Tenemos una relación ya como si fuéramos una banda, pero de videos ¿no? En donde cada quien toca un instrumento, por decirlo de alguna manera. Él está viviendo en Los Ángeles, se fue a estudiar para allá, entonces me imaginé que durante este tiempo había adquirido mucha más experiencia de la que ya acumulaba. Los procesos que hemos tenido en todos los videos han sido a base de pláticas, yo empiezo platicando lo que quiero transmitir en la canción, a nivel de narrativa y temática: de dónde salió la canción, qué quiero decir, cómo son esos colores, esas formas que imaginé en un principio. Con esa información él empieza a construir una historia que sea realizable. Los tres videos que hizo bajaron ese sentimiento, expresan perfectamente lo que la letra quiere decir pero de una manera muy sutil, inteligente, artística y metafórica. En el caso de Mapa, por ejemplo, lo que quería mostrar era a alguien que deja todo y empieza desde cero. Alguien que incluso lo quema, que se deshace de todo por completo, donde se agota cualquier posibilidad de arrepentimiento. Creo que Jorge aterrizó esta idea perfectamente con las analogías visuales que se ven en el video.
¿Hay alguna anécdota que puedas contarnos del rodaje?
Hacía muchísimo calor, estábamos con mucha ropa encima. Y cuando le prendimos fuego a la torre, el director me puso una seña donde pararme. Evidentemente, al tratarse de una escena en la que se iba a quemar todo no había vuelta para atrás, es una única toma. Entonces estábamos todos atentos, los bomberos, protección civil, los extras en sus posiciones, todo el tema. Prendemos fuego a la torre, empieza a correr cámara y el director me dice ‘oye, acércate más’. Pero doy un paso para atrás. ‘Que te acerques más’, me dice. Retrocedí otro paso. Cada vez que decía que me acercara más yo me alejaba, porque lo que nunca consideramos es lo increíble que iba a sentirse el calor. El director no entendió porqué me estaba alejando, entonces me decía ‘¡no, no, que te acerques!’. Y yo no podía voltear y decirle ‘wey, es que no me puedo acercar’. Pues ya, lo único que hice es pensar ‘no te expreses más’. Y hubo un punto en el que todo el mundo se echó para atrás porque el fuego se puso muy intenso.
¿Qué me podés decir de las bandas emergentes en México? ¿Cómo es el escenario allá?
Hay un montón de todo, siempre hay una escena sucediendo debajo de lo que conocemos. Con el año pandémico siento que se diluyó un poco la sensación de que están pasando cosas. Tengo un estudio acá en Guadalajara y también produzco a otras bandas. Hace poco estuve con una banda de acá que se llama Venado Meraki. Estos días estuvo una banda de Chihuahua que se llama Alovia. Hay muchas cosas interesantes, al alcance, buscando un poquito más a fondo en plataformas, en Spotify sobre todo. Hay otra banda, con la que acabo de grabar un tema, que se llama Valsian, que me parece de lo más representativo que he escuchado en los últimos meses. Me encanta su trabajo.
¿Has visitado alguna vez Argentina?
He estado en dos ocasiones. Una vez para tocar y otra para grabar. La primera fue un poco como las primeras veces que vas a visitar un país nuevo siendo un artista independiente, pues fue buscar, tocar puertas, tuvimos un pequeño showcase. La verdad que fue un viaje bastante atropellado. Lo disfruté muchísimo, pero me acuerdo que por alguna razón teníamos que regresar en un vuelo a las diez y media de la noche y ese mismo día teníamos un show. Fue una locura porque a las ocho de la noche estábamos tocando y cuando terminamos nos tuvimos que subir rapidísimo a un coche para no perder el vuelo, porque teníamos que dar un show en México también. Hubo muchas cosas adversas. La segunda vez fue otra historia, fui a producir unos discos con Cachorro López. Grabé unos temas de Memoria Futuro y como estuve un par de semanas fue todo mucho más holgado, tuve oportunidad de conocer y disfrutar más la ciudad. Ahora he empezado a sentir mucha más presencia del público argentino que antes. Lo empiezo a notar, hay más gente que me escribe. Creo que cuando regresemos, y espero que regresemos tocando, será una historia diferente.
Leí que sos fanático de la música argentina.
¡Sí! La verdad es que desde siempre me gustaron muchos músicos que son clásicos de la música en español, que en alguna etapa de mi vida tuvieron mucha repercusión y resonaron mucho sobre mí. Charly, Spinetta, Fito, Cerati, Soda Stereo. Fueron encadenándose. A raíz de conocer a Soda empecé a ver qué había allá. Empecé a ir hacia atrás en el tiempo, a escuchar cosas más viejas y me gustó mucho porque siento que fue una etapa en la que el rock en español estaba como recién nacido. Es muy interesante ver cómo este movimiento creció e influenció a tanta gente. Argentina fue un foco de atención en ese sentido. Sigo escuchando música argentina. De hecho el otro día me encontré una playlist y estuve escuchando un montón de bandas de allá, no me acuerdo todos los nombres. Por acá estamos escuchando con mucha más presencia a los Bandalos Chinos. Bueno, hace poquito tuve de invitado en un show a Emmanuel Horvilleur. Lo conozco y he seguido su música desde siempre.
Siddhartha presenta Mapa y podés escucharlo acá: