Inés Mauri: componer desde la identidad
Foto: Luciana Demichelis
La vocalista y guitarrista de Barcä lanza Paki, el primer single y videoclip de su proyecto solista, en el que formula con ligereza, sin perder impacto, las vivencias y derroteros de una lesbiana vinculándose con chicas heterosexuales.
Una palabra que delimita una visión del mundo. Una categoría, una convención, una trampa. Una forma de afecto que prevalece y que se cruza en el camino más veces de lo que a une le gustaría. Paki o paqui es un término que nace para denominar a las personas heterosexuales/heteronormadas, aunque también es utilizada para hablar de consumos culturales, de la representación de determinadas maneras de hablar, lugares o comportamientos.
La joven cantautora y productora platense Inés Mauri se sirve de la expresión para plasmar las vivencias y el derrotero de una lesbiana que se vincula con chicas heterosexuales: el desfasaje de deseos, el riesgo de ilusionarse con alguien que sólo quiere experimentar lo anecdótico. «Soy su curiosidad», entona Mauri como si fuera un recordatorio, con la seguridad de haber caído otra vez en la misma.
Lejos del registro del lamento, la cantautora elige invocar al baile y llegar hasta algo parecido a la superación. Con una frescura popera, Mauri propone una bitácora indie sentimental de la identidad. Con una batería consistente, capas programadas y luminosas, líneas de bajo que trazan la cadencia del sentimiento, la voz empática de Mauri se asienta sobre esos sonidos aglutinados y los llena de calidez a medida que nos confiesa su desliz recurrente: «Siempre enamorada de la que me puede lastimar/ Siempre ilusionada con la que puede romperme el corazón».
Paki forma parte de un puñado de canciones que Inés compuso durante la pandemia. Fue una escritura que nació desde un lugar lúgubre y melancólico, pero que no tardó en traducirse en algo un poco más liviano. “Tiendo a ir hacia letras más oscuras, pero lo que estoy tratando de hacer ahora es generar una contraposición desde lo sonoro”. Según Mauri, fue una transición que se produjo orgánicamente. Encontró el estado sonoro idóneo en el pop. “Tal vez en algún momento renegué un poco más del género, de esa liviandad, pero intenté que apareciera y apareció naturalmente. Escuché mucho a una cantante mexicana, Vanessa Zamora. También el pop más tradicional lo recontra curtí, como Dua Lipa. No sé, puede estar St. Vincent como Taylor Swift. No hay un prejuicio previo en esa escucha”.
La base compositiva de las canciones de lo que será su primer disco solista fue la guitarra acústica, los rasgueos y acordes que se produjeron en el ambiente solitario y pacífico de su casa. Luego de haber estado produciendo por inercia, la cuarentena la obligó a frenar. Por lo que se abocó a hacer canciones sin un propósito específico, con la única pretensión de simplificar desde lo armónico. “Quería que se pudiera tocar en la guitarra y que después, si quería complejizar, pudiera agregarle cosas. Quería tocar un acorde en primera posición, que eso sonara, que no fuera un acorde súper raro o algo que ya de por sí tuviera disonancias”.
El paso siguiente fue el Ableton, el armado de las maquetas y el consecuente surgimiento de otras formas interpretativas. Al cambiar la lente musical cambió el sentimiento. “Esos cambios tuvieron que ver con ironizar ese drama que la letra proponía, con tener una actitud como más superadora de eso. La voz tuvo que ir hacia ahí. Inicialmente era más quebrada, aparecían ciertos escapes, fritos vocales -que están en el pop también, están en Britney, por ejemplo-, inflexiones que tenían más que ver con el lamento. Tranquilamente, al hablar de un lesbodrama, un bollodrama, una situación amorosa dramática, la voz podría estar colocada en otro lugar. Pero en Paki es algo más ligero. Eso no significa que sea menos profundo”.
En esa intención por atenuar la gravedad del desencuentro en Paki hay también una búsqueda consciente por expresar con fidelidad las narrativas de lo disidente. “La representación de lo queer, si lo pensamos solamente en cuanto a los contenidos artísticos, siempre está puesto en un lugar medio dramático. Como que siempre hay un pesar en eso, porque muchas veces también las personas que lo representan no forman parte de ese colectivo. Entonces, en ese sentido, me parecía que estaba bueno darle otra carga, que no fuera súper denso, sino tratar de no reforzar esos estereotipos de alguna manera. Igual, seguro refuerzo un montón de otros estereotipos, ¿no? Pero buscaba correrme de ese en particular”.
La respuesta del entorno, de sus amigues, y especialmente la devolución del productor Martín Casado, la convencieron de que sus canciones podían salir con su propio nombre. “Si bien es un proyecto solista, no es un proyecto individual. Somos un montón laburando. Pero bueno, sí soy quien empuja eso, de alguna manera”. Para ella es parte de un proceso, de una evolución, aunque es reticente a usar la palabra ‘madurez’. “Llegó a un punto ideal para darle la impronta que tiene en este momento”.
El video de Paki es muestra de ese trabajo en equipo. Planeado con el director Emmanuel Sánchez Acosta, profundiza el cruce personal desde el movimiento. Inés recorre el jardín frondoso de una casa y luego se topa con una bailarina -Barbi Siom- en un patio interno que, más bien, parece una enorme caja de cristal. De pronto, lo externo se inmiscuye en lo interno, las presencias de ambas se rozan sin nunca tocarse, se invierten, las identidades se barajan en un juego de reflejos. La bailarina orbita en torno a Inés con movimientos mecánicos y precisos, de una sutileza calculada. “Mi vieja es bailarina. Tengo mucha distancia con el baile y el movimiento corporal. Quienes me han visto en vivo o me conocen saben que no soy una persona que se mueve mucho. Y en el video se ve”, confiesa Mauri con gracia, quien por esa causa convocó a Barbi.
En un momento del video, Inés se sirve un trago y observa los movimientos de la joven con cierta fascinación interna, como quien descree del baile de sus propios fantasmas. “Fue muy divertida esa secuencia. Fue mucha exposición pero también un desafío que de repente estén bailando con el tema. Que la propuesta haya empezado con un tema súper acústico, súper introspectivo y terminara siendo un tema donde hay una bailarina”.
Inés anuncia que lo lésbico como tópico identitario también estará presente en el resto de las canciones que tiene preparadas. “Es medio inherente porque, como compongo desde mi identidad y mi lugar en el mundo, obviamente que eso va a aparecer, pero no siempre de una manera directa. Hablo más desde lo vincular. En estos temas no aparece de manera explícita, pero sí aparece en el título, en las colaboraciones, desde una identidad que es más del todo y no solamente desde la lírica”.
Inés Mauri estará presentando “Paki” el próximo sábado 25 de septiembre a las 21 hs en C’est La Vie (55 entre 17 y 18, n° 1143, La Plata) junto a Juano Loyola. Entradas disponibles en AlPogo.com.