La posibilidad de una isla
Periodista: Lucía Medina
Fotógrafa: Anabella Fernandez Coria
Iluminación y escenografía: Villa @deciplacido
Diseño: Agustín Forestieri
Con su primer show en el CCK y la presentación de un video clip a sala llena en La Plata, el cuarteto arrancó un año que viene en subida. Las chicas charlaron con Lucía Medina y reflexionaron sobre su rol como artistas femeninas, el inicio de un nuevo disco y el momento que atraviesan como grupo humano.
Es sábado y las chicas de Isla Mujeres están sobre el escenario de la Sala Argentina del CCK. El vestuario negro y los días de ensayo previo las tienen listas para esta noche. Acaban de salir de una entrevista que formará parte del registro audiovisual de la fecha, en el ciclo Tester. Rock en ascenso, que difunde la escena indie nacional y se proyecta en TV y plataformas. Ninguna conoce el moderno centro cultural, debe ser por eso que recorren cada detalle con la mirada. O será que todo parece hecho a medida del gran momento que vive la banda y de un 2018 que fue puro crecimiento y proyectos. Pero para entender este camino que incluye discos, giras, fechas y hasta una película, hay que retroceder un poco la cinta.
UN LUGAR PARA ESTAR: ENTRE MÉXICO Y CITY BELL
Antes de que el grupo tuviese nombre, los primeros acordes y voces fueron los de Amparo Torres y Julia Barreña zapando en la casa de Julia. Amigas desde la infancia y compañeras en el Instituto Manuel Belgrano de City Bell, en esas juntadas empezaron a compartir letras y cosas que iban escribiendo. “Empezamos a componer y teníamos muchos amigos, amigas, hermanos, familiares músicos y músicas que nos alentaban a que el proyecto cobre más entidad”, recuerda Julia, voz y teclado en Isla. En ese punto se sumó Cecilia Ann en batería, también compañera del colegio. Corría el 2014 y City Bell se estaba convirtiendo en un caldo de cultivo con espacios como Dice Discos tomando la escena musical de la ciudad.
Su primera presentación como trío fue a finales de ese año y la necesidad de hacer un flyer las obligó a decidirse por un nombre. La fecha fue en el centro cultural del hermano de Julia en City Bell. En un escenario decorado con lucecitas y rodeadas de amigos, Julia se paró y tocó con un teclado prestado para esa ocasión. Amparo, que tenía la pierna quebrada y estaba sentada, fue alternando entre el bajo y la guitarra durante los cuatro temas del set. Esa noche algo se encendió.
Casi a la par grabaron el EP Naturalia (2015). Una carta de presentación con poca producción y un sonido fiel al vivo donde ya se escuchaba el juego de voces la pulsión fresca del trío en las cuatro canciones que colgaron en YouTube y Bandcamp. A poco más de un año de tocar juntas, se sumó Elena Radiciotti en bajo, dándole mayor profundidad y textura a su sonido.
Después de un periodo con varias fechas y algunos impases, en 2017 largaron Otras, su primer disco. En ese momento, Cecilia Ann dejó la banda y tuvieron que grabar el instrumento con un sesionista. “Eran canciones que veníamos tocando hace mil años y ya había un sonido en la banda, pero necesitaban un registro”, reflexiona Julia. El disco, que cuenta con nueve temas pop bailables, teclados al frente con reminiscencias de los 80´ y una base en el vivo, se grabó en Estudio Tolosa por Gastón Le y Nicolás Carlino (de Un Planeta) junto a Eduardo Carreras. Durante ese proceso se incorporó Faustina Sagasti, una baterista con algunos años menos que el resto, pero con un recorrido musical firme.Ya estaba tocando junto a Ramiro Sagasti y Kubilai Medina en proyectos como Roto y Los Viernes. Así, el cuarteto terminó de consolidarse.
A 1600 KILÓMETROS
En el verano las calles de La Plata se vacían y el ritmo del circuito cultural se desacelera. En enero de 2018 Isla Mujeres y Laika Perra Rusa cargaron sus instrumentos en tres autos y arrancaron directo a la Patagonia para emprender “La Gira Amiga”. “Organizamos todo re a pulmón. Teníamos algunas fechas cerradas pero fuimos consiguiendo canjes a medida que viajábamos: un día tocábamos en un camping, entonces teníamos el alojamiento gratis. Zafábamos de alquilar o pagar una noche. Los días fueron bastante a full. Tocar y a la mañana siguiente desarmar e ir a otro camping para acampar de nuevo. Estuvo tremendo, fueron veinte días de conocer un montón de lugares”, recuerda Faustina.
La incertidumbre de no saber dónde iban a tocar al día siguiente, y la sensación de dormir en el medio del bosque Los Alereces, fueron partes de una experiencia que los percances no arruinaron. “Cuando se rompió uno de los autos en la ruta y tuvimos que separarnos, pusimos lo que nos sobró del viaje para arreglarlo en el momento. Llegamos a La Plata, hicimos un sorteo y vendimos empanadas para poder juntar la plata”, comenta Julia con una sonrisa. De esa experiencia salió un video para el tema “El hambre de la casa”, un registro casero en blanco y negro, donde se las ve sentadas de espaldas sobre un muelle a orillas de un lago y tocando la guitarra alrededor de un fuego.
ALGUNAS RESPUESTAS Y MUCHAS PREGUNTAS
En el último tiempo, la ola feminista también irrumpió en el ambiente de la música para visibilizar y plantear discusiones en torno a desigualdades y aberraciones que siempre existieron. En enero de este año, se viralizó un descargo que la cantante Marilina Bertoldi subió a su cuenta de Instagram cuando se enteró que era la primera música mujer en ganar la votación a “Mejor disco argentino 2018” del suplemento cultural No, de Página/12. Un certamen donde los que votan son los artistas tuvo a su primera ganadora en 30 años. En el video mira a cámara, respira profundo y lanza: “Acá no hay sellos o festivales presionando. Hay artistas votando artistas. Ustedes se votaban entre ustedes, y no nos veían como pares. Se dieron cuenta ahora porque les dijimos que somos iguales”.
En un contexto de luchas y reivindicaciones, los artistas están repensando el rol que ocupan. “Tenemos algunas respuestas y muchísimas más preguntas, de eso se trata el feminismo ¿no? De cuestionar”, reflexiona Elena Radiciotti. “La otra vez en una fecha que compartimos con Barbi Recanatti (ex Utopians y directora del sello Goza Records) nos contaba cosas que eran como “¡Wow!”. Es más grande que nosotras y siento que para una piba como ella fue mucho más difícil el recorrido, siempre rodeada de pibes, en un momento donde no se hablaba mucho del tema. Nosotras obviamente también tuvimos situaciones de machismo y de que nos subestimen, pero creo que en algún punto, y gracias a la lucha feminista, somos parte de otro proceso y de otros paradigmas”.
A pesar de haber sido parte de varios festivales disidentes u organizado por mujeres, su mirada de la escena no es inocente. “Hay un círculo pequeño que está en avanzada. A veces una piensa que son todos feministas y no. Abrís la mirada y no es así, lo tenés al productor del Cosquín diciendo que las mujeres no tienen talento. Es fuerte”, comenta Julia Barreña. El año pasado se conoció que la participación femenina en festivales latinoamericanos entre 2016 y ese año no había superado el 10% de las grillas. A la vez, en Argentina se lanzó un proyecto de Ley para establecer un cupo de 30% en todos los espectáculos. “Esto es necesario porque es una realidad. Si tiene que haber una ley, y bueno, no queda otra”, asegura Julia.
En octubre del año pasado, Isla Mujeres cumplió otro objetivo como banda: tocar en el 33º Encuentro Nacional De Mujeres en Chubut. Llegaron a la ciudad del viento y el frío con sus instrumentos, pensando que se presentarían en algún bar. Lo que las esperaba era un club deportivo enorme en el que casi no pueden llegar al escenario por la cantidad de gente que había. “Era en un galpón en pleno centro, así que todas las agrupaciones podían ir. No había sillas y estaba repleto”, recuerda Faustina y las cuatro concuerdan. “Todos estaban saltando, cantando y bailando. Había una energía muy zarpada. Fue hermoso, alta experiencia como banda y como personas”.
SIEMPRE INQUIETAS NUNCA QUIETAS
Para Isla el 2019 sigue movido y con varios proyectos, como grupo y de forma individual. Desde marzo trabajan en el sucesor de Otras, en la sala de la casa de Faustina con Nicolás Carlino en la parte técnica. La producción está a cargo de Antu (de Nunca Fui a un Parque de Diversiones), quien aporta una mirada externa y se involucra en la música. “Es un desafío para mí porque hace apenas un par de años que laburo con otras personas produciendo. Trabajar con una banda que toca tanto en vivo y que tiene dinámicas piolas me pone en un lugar de exigencia que está bueno”, comenta el baterista.
El nuevo proyecto promete ir en una dirección más experimental y electro pop, con mayor producción musical y siempre haciendo base en la propuesta del vivo. Para Nicolás, sonidista multitasking de la banda, el nuevo material va a ser diferente a los anteriores principalmente por el momento en el que se encuentran como banda, tanto a nivel compositivo como humano. “Es el primer disco de las cuatro juntas y va a haber canciones de todas”, destaca Julia. La intención es sacar un tema adelanto en Junio y el disco entero para la segunda mitad del año.
“Creo que este disco habla de una maduración de la banda porque hay más conciencia del proceso de grabación y una necesidad de explicitar las cosas que queremos, a nivel musical y de producción. Y Antu nos ayuda a pensar ese proceso. Logramos un nivel de entendimiento y de trabajo conjunto que nos permite laburar muy bien”, reflexiona Amparo.
Esto también admite que cada una lleve adelante otros proyectos. En el caso de Amparo, su faceta de actriz. En abril se estrenó en el BAFICI La Distancia, una película de Franco Palazzo, con música de Isla, protagonizada por Amparo, donde también actuó Elena. Una experiencia que les permitió escuchar su música en el cine y en un festival de renombre. Por su parte, Elena desarrolla su arista de DJ y Julia tiene sus primeras fechas con Piscis Vicius, un dúo electrónico junto a Adrián Oviedo. Mientras, Faustina alterna su segundo año en la carrera de música en la UNQ con sus dos bandas.
De a poco, como profesionales y amigas, las Isla Mujeres van conectando cada pieza de este recorrido artístico y humano. Construyendo una atmósfera integral de trabajo y entendimiento que hoy las sostiene e impulsa hacia adelante. Armando su propio camino con toda la gente que las rodea. Y mostrando que más allá del nombre, ninguna banda es una isla.